Radio FM - Henderson

¡CALENTANDO MOTORES! Los Amigos Motociclistas de Henderson, a la espera.

Parece ser que las rutas deberán seguir esperando. Porque la cuarentena ya es “cuareterna” y los caminos nos siguen vedados. Otra cara (si se quiere más superficial pero no por eso menos real) de estas restricciones que llegaron en marzo: Los motociclistas calientan motores a través de los deseos, pero en eso queda. En deseos. Y mientras las cubiertas  se resecan y las baterías se descargan, el entusiasmo sigue intacto.

Pocos entienden la pasión que moviliza a quienes preferimos las dos ruedas ante la comodidad de las cuatro, o inclusive la de las  alas de los aviones.  Es que la mejor manera de encontrar y permanecer en un estado armónico, lleno de paz y sobre todo de felicidad, es hacer lo que nos apasiona: En nuestro caso, andar en moto. Naturaleza, equilibrio, aire en la cara…

Y como ningún “loco” quiere ser el único, la tendencia es agruparse. Así es que nos une la agrupación denominada Amigos Motociclistas de Henderson y ahí permanecemos, dando tregua a los motores pero interactuando a través de un grupo de Whatsapp, al que diera origen José Luis Olivero, a finales del 2.014. Un grupo tan variopinto como la vida misma: Empleados, jubilados, estatales, camioneros, albañiles, remiseros, comerciantes. Toda clasificación que se reduce a tan solo una identidad: “Motoquero” ó “motero”. Parece ser que no es lo mismo una cosa que la otra. Tema de debate, si los hay, en las sobremesas.

Y en esas peñas de amigos en las que lo que se come no parece importar tanto como lo que se planifica, todos volvemos a ser un poco niños. Están los que prefieren los trechos largos, y los que disfrutan de los viajes cortos. Algunos planifican cabañas, otros disfrutan los hoteles. O hasta proponen el camping como alternativa de alojamiento. Dos o tres prefieren viajar despacio, y saborear el camino. Otros dos o tres disfrutan “llegar de un tirón”, porque al sabor lo encuentran en la velocidad.

De Mendoza a Chile.

Algunos “se arman” para la travesía en grupos. Unos dicen que diez es el número ideal. Otros opinan que cuatro. Y algún otro (como quien escribe) piensa que la esencia del viaje es hacerlo en solitario. Con la compañía de los propios pensamientos, y la de la sombra que es esquiva y unas veces viaja adelante y otras, por esos caprichos del sol, nos escolta pegadita, al costado.

Pero para gustos, los colores, decía mi abuela. Y es por eso que, aunque con algunas idas y vueltas, (porque de eso se trata la vida, de ir y volver) este grupo de más de veinte apasionados por las motos se mantiene unido. Este año, el día del amigo será un lunes como cualquier otro, más allá de los saludos virtuales que ameritan. Es sin duda una pausa impuesta por la pandemia. Una parada más en este sinuoso camino que nos pone la vida por delante. Un tiempo para darse, a la espera de ver con qué nos sorprende la carretera esta vez, detrás de la próxima curva.

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